El recorte que no calmó a nadie: el “Powell Shock” que enfrió a los mercados
La Reserva Federal de Estados Unidos volvió a mover ficha.
Con un recorte de 25 puntos básicos, la tasa de referencia cayó al rango de 3.75 %-4.00 %, marcando su segundo ajuste del año. En principio, la noticia sonó como alivio: las bolsas reaccionaron al alza, el dólar retrocedió y Bitcoin mostraba fuerza.
Pero la euforia duró poco. Bastaron unos minutos de la rueda de prensa de Jerome Powell para borrar el entusiasmo. Con tono medido, el presidente de la Fed pronunció la frase que paralizó a los inversores:
“Un nuevo recorte en diciembre no está garantizado. Lejos de eso.”
Esa línea bastó para derrumbar la narrativa de un ciclo prolongado de recortes. Lo que el mercado esperaba como el inicio de una fase de política monetaria más laxa se transformó, en cuestión de minutos, en una pausa cargada de dudas.
El mensaje detrás del recorte
El ajuste de tasas no fue sorpresa. Los mercados ya lo habían descontado casi por completo. Lo que realmente impactó fue el tono del discurso. Powell reconoció divisiones internas dentro del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC): algunos miembros consideran que deben seguir bajando las tasas para evitar un enfriamiento excesivo del empleo, mientras que otros temen revivir presiones inflacionarias.
El presidente de la Fed también describió el escenario actual como una política “modestamente restrictiva” y advirtió que el banco central enfrenta una “niebla de datos”, ya que el reciente cierre parcial del gobierno ha retrasado reportes económicos clave. En otras palabras, la Fed está operando con visibilidad limitada.
Esa falta de información, sumada al desacuerdo interno, dejó la sensación de una institución en modo de espera más que de acción.
Reacción inmediata: del optimismo al letargo
El giro en el discurso de Powell se reflejó en minutos.
El S&P 500 y el Nasdaq pasaron de ganancias sólidas a cierres en rojo. Los rendimientos de los bonos del Tesoro repuntaron, impulsando al dólar y frenando el impulso en los activos de riesgo. Oro, cripto y materias primas retrocedieron frente a un dólar fortalecido.
Bitcoin, que había escalado con fuerza tras el anuncio de tasas, perdió tracción rápidamente, reflejando la misma indecisión que domina a los mercados tradicionales.
Las grandes bancas también marcaron posición. Goldman Sachs señaló que el mercado interpretó mal la decisión, destacando que no se trata de un nuevo ciclo de estímulos, sino de un simple ajuste técnico. JPMorgan y BlackRock coincidieron en que Powell fue más restrictivo de lo previsto, y que la Fed prefiere mantener el control antes que arriesgar la estabilidad de precios.
Lo que realmente quiso decir Powell
Otro punto clave fue el anuncio del fin del programa de endurecimiento cuantitativo (QT) a partir del 1 de diciembre.
Sin embargo, Powell se encargó de aclarar que esto no significa estímulo.
No se trata de imprimir dinero ni de reactivar compras de activos; simplemente, la Fed dejará de reducir su balance por un tiempo.
En paralelo, el presidente subrayó que los riesgos están equilibrados entre una inflación aún persistente y un mercado laboral que muestra señales de fatiga. Eso sugiere que la institución podría optar por mantener la política actual durante más tiempo del que el mercado anticipa.
Como resultado, las probabilidades de un nuevo recorte en diciembre —que antes rondaban el 90 %— cayeron por debajo del 60 %, según los futuros de tasas.
Los dos últimos meses del año: entre la espera y la volatilidad
Con solo dos meses para cerrar 2025, los inversores se mueven en un terreno incierto.
La atención se centra ahora en tres variables: la inflación subyacente de noviembre, los datos de empleo y el consumo en la temporada navideña.
Si el enfriamiento económico se intensifica, la Fed podría verse forzada a reanudar los recortes en el primer trimestre de 2026. Pero si la inflación vuelve a presionar, Powell mantendrá la línea de espera, aunque eso implique frenar el crecimiento.
Para el mercado cripto, el mensaje fue claro: la liquidez seguirá limitada y los flujos especulativos podrían reducirse. Bitcoin y Ethereum mantienen soporte, pero sin catalizadores claros, la volatilidad será el nuevo normal.
Conclusión
El “Powell Shock” mostró que la Fed aún no tiene una hoja de ruta definida.
Lo que debía ser un mensaje de confianza terminó revelando indecisión.
El enemigo, esta vez, no es solo la inflación, sino la incertidumbre.
A dos meses de cerrar 2025, los mercados enfrentan una verdad incómoda:
no hay rally sin claridad.
Y mientras la Fed mantenga su lenguaje ambiguo, la palabra que dominará el cierre del año será la misma que usó Powell: esperar.






